Me siento sinceramente muy dolida por lo que pasó hoy en este blog. Sí, me refiero exactamente a este comentario. Yo, ante todo, permito la libre expresión de la gente que entra a este sitio y lee. Pero, ¿es realmente necesario venir a insultar? Porque estoy completamente segura de que ese enojo no surgió a partir de la lectura de los textos publicados aquí. Casi puedo afirmar que el que comentó eso, buscó este medio para mostrar su opinión como anónimo. Lo comprendo, a veces es escalofriante enfrentarse a la situación y decir las cosas en la cara, pero para insultar, no es necesario tanto enigma. Porque no me importa lo que un anónimo, alguien que no se enorgullece de ser quien es, me diga. Me llamo Daniela y tengo ciertos defectos pero no me avergüenzo de ser quien soy.
Yo no voy a ejercer ningún control sobre los comentarios porque esa es la idea. Me gusta que la gente pueda opinar libremente. Y si es necesario soportar insultos de personas que no valen la pena, lo voy a hacer pero todo el que lee va a tener la posibilidad de comentar y juro que será así para toda la vida.
Perdón a la gente ubicada y que aprecia los sinsentidos de este blog por aburrirlos con este mero discurso, pero necesitaba descargarme.